Arlenis, fotografiada por Ryan Michael Kelly
La dominicana Arlenis Sosa, de 19 años, ha escrito su nombre a fuerza de talento sobre las pasarelas internacionales. La nativa de Montecristi tuvo que lidiar con el menosprecio durante los dos años y medio que trabajó aquí como modelo.
En la edición de 2007 de Dominicana Moda solo dos de los 25 diseñadores la eligieron para desfilar y en otra ocasión la sacaron de la fotografía en la que posaba junto a otras 12 modelos porque “dañaba la foto” de una revista.
Ahora Arlenis va de éxito en éxito. Todo empezó este mismo año cuando descubrió, junto a su mentor el diseñador Luis Menieur, que a veces un joven tiene que irse lejos de su país para encontrar reconocimiento.
Así sucedió en cuestión de meses. Sosa es la top model con el puesto 28 del mundo y pertenece a la agencia Marilyn, la número cinco a nivel internacional.
La chica ha sido elegida para ser parte del selecto grupo de modelos que figuran en el famoso calendario de 2009 de la edición francesa de la revista Vogue.
Si bien Francia le ha dado alegrías, para Sosa los desfiles más difíciles son los de París, porque utilizan unos zapatos con los que es muy difícil caminar.
Su elección como rostro de la firma Lancôme tuvo mucho que ver con esa mezcla de personalidad e inocencia que emana Arlenis Sosa, la chica cristiana que nunca sube a desfilar sin leer la Biblia y encomendarse a Dios.
“Todo vino porque la señora Anna Wintour me invitó a una fiesta y ellos (los de Lancôme) me vieron en la fiesta, pidieron referencias de mi a ellos y a mi agencia Marilyn y luego de realizar varias pruebas, a los dos meses, determinaron que yo era la persona que encajaba con su producto, pues dicen que mis facciones encajan dentro de varios países”.
Su vida transcurre de una ciudad de la moda a otra. Puede que un día esté en Nueva York y al otro en Milán o en París.
Sus mejores amigos dominicanos son los mismos de antes. Igual tiene otros nuevos como Moisés de la Renta, el hijo de Oscar y la brasileña Caroline Trentini, número diez del mundo, que también fue descubierta mientras caminaba por el mismo agente que Gisele Bündchen.
Arlenis Sosa conoce al diseñador Michael Kors, a Anna Wintour y a Kristin Davis, la Charlotte de la serie Sex and the City.
Aunque anda entre famosos, la gloria no la envanece. Por el contrario: piensa unirse a la causa social por los niños con diabetes y las personas que padecen de cáncer de mama.
“Mi fundación, que estoy creando aquí y en los Estados Unidos, estará destinada a prestar servicios a personas de escasos recursos que tengan esos problemas”.
El éxito temprano le ha aportado a su vida una lección. “Que tengo que tener los pies sobre la tierra y que todo es pasajero y debo ser Arlenis Sosa en todo momento”.
Además de modelo del año en Corea, Harper’s Bazaar pronostica que Arlenis estará entre las 29 tendencias de 2009. Esto por sus 25 desfiles de primavera y por su elección como el rostro de la firma de cosméticos Lancôme. Primera mujer negra que lo consigue. Hace poco Sosa vino al país invitada por Oscar de la Renta para abrir y cerrar el desfile que presentó en el Palacio Nacional el Despacho de la Primera Dama.
En términos personales, el reconocimiento que ha tenido en el exterior ha sido muy valioso para Arlenis Sosa.
“Para mí mucho, porque luego de estar aquí, en mi país, trabajando como modelo por dos años y medio y no recibir oportunidades y al mismo tiempo tener una sensación de estancamiento, fue como inyectarme energía, ser más ambiciosa y tener más deseos de trabajar. Esto me ha demostrado el refrán que dice: Nadie es profeta en su tierra”.
El portal http://www.models.com, que ofrece la posición de los modelos en el mundo asegura que Arlenis ha tenido uno de los más explosivos inicios editoriales para un nuevo rostro que se ha visto recientemente. La atractiva dominicana, dicen, con la sonrisa proverbial que ilumina el espacio, está envolviendo todo en su estela.
Se cuentan entre sus apariciones en revistas la de Vogue, versión americana, París, Corea, Italiana, Harper Bazaar, Allure, Ten, V Magazine, Número y las portadas de Vogue Alemania y French Magazine. A raíz de su gloria, en este país como que acaban de descubrirla.
“Ahora me buscan personas que me ignoraban cuando estaba aquí en búsqueda de una brecha para poder demostrar mi talento; ahora que soy famosa me buscan ¡Para que veas las cosas de la vida! En términos personales, esto lo veo como un aprendizaje para ser mejor persona, porque en mi país, en el mundo de la moda me subestimaron demasiado”.
En aquel tiempo, pocos eran los amigos que le auguraban que llegaría lejos. Ella confiesa que nunca imaginó que llegaría al nivel en que se encuentra en la industria.
“Nunca lo pensé, pero Luis Menieur me decía que llegaría lejos y que sería famosa. Eso me lo dijo en mi primera reunión con él y me lo repetía siempre”.
Recuerda con cariño cómo la descubrieron: “Cuando llegué de Copey, Montecristi, caminando con mi familia por el malecón, me paró el diseñador de modas Luis Menieur y me propuso ser modelo; luego debuté en su desfile al mes siguiente y en varios desfiles de Dominicana Moda, participé en el concurso de Elite y así comenzó: me cautivó todo y vi que también se ganaba dinero en un solo día de trabajo (risas)”.
Esta Navidad Arlenis la pasó con su familia. A su madre, dicen, le regaló una yipeta Prado. Pero hubo un tiempo en que Arlenis precisó de mucho ánimo para continuar su carrera.
“Nosotros los dominicanos debemos valorar las cosas que tenemos principalmente nuestra belleza, somos un país de raza negra, no rubios y de ojos azules”.
En moda, no resulta indispensable tener rasgos caucásicos para escalar. Que la eligieran para el calendario de la Vogue de París ha sido un suceso que se debió a su talento, con la intervención de la agencia que la representa.
“La agencia Marilyn es la agencia número uno en París (quinta del mundo) y cuenta con un personal muy calificado a nivel de editoriales y la editora de Vogue Francia determinó que yo he sido una de las modelos de color que ha surgido con más fuerza en los últimos años y habló con ellos y por ahí vino todo”.